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Una app para contabilizar y gestionar todos los gastos de los empleados de una empresa

  • La mejor forma de automatizar la gestión de gastos de viajes y tickets

El cierre de año y el inicio de un nuevo ejercicio en una empresa son normalmente buenos momentos en los que hacer balance, corregir el rumbo y aplicar nuevas estrategias a todos los niveles.

La digitalización es a cualquier nivel el denominador común, pero cuando se habla de la gestión de los tickets y gastos de empresa, los grandes ahorros operativos, la mejora de tiempos y el importante aumento del control del gasto, cualquier empresa se ve obligada a abordar cambios metodológicos.

El registro contable de los gastos de los empleados es un proceso incómodo para el departamento de Administración. La conservación en papel físico de tickets de dietas, viajes o traslados se hace tediosa, ineficiente y costosa, y supone un riesgo además frente a inspecciones de Hacienda en caso de traspapelarse o dañarse algunos de ellos.

Este largo proceso se inicia con la justificación de los gastos en Administración por parte de cada empleado, continúa con la clasificación del gasto por tipologías, la asignación del mismo a un proyecto, su contabilización, el pago por parte de la compañía, el archivo y, finalmente, la conservación del ticket para la puesta a disposición de la Agencia Tributaria. Todo el ciclo acaba sumando un importante número de horas de trabajo de distintos empleados y supone un alto coste para las organizaciones.

Para reducir drásticamente los efectos adversos que implica esta metodología de trabajo, ZeroComa propone la automatización de todo el proceso utilizando una aplicación móvil capaz de conectar al usuario de los gastos con el departamento de Administración, y de validar, controlar, aprobar y conservar los tickets en una plataforma en la nube. La plataforma volcaría toda la información al sistema de gestión de la organización para su contabilización. Todo ello sin necesidad de mediación de terceros y eliminando con total garantía legal la conservación del papel gracias a la Homologación que dicho producto ha obtenido de Hacienda.

“Saca una foto, tira el ticket”

La APP Okticket, que ha sido homologada por la Agencia Estatal de Administración Tributaria para la Digitalización Certificada de justificantes, permite registrar automáticamente el gasto realizado a partir de una foto del ticket realizada con el móvil para posteriormente ser aprobado por el Departamento de Contabilidad de la compañía. La foto del gasto registrado con la APP tendrá la misma validez que el ticket original en caso de una inspección de Hacienda.

Okticket cuenta para la automatización del proceso de captura con un potente motor OCR que recoge los datos del ticket para agruparlos en una hoja de gastos, lo que reduce el tiempo dedicado por la organización en más de un 90%.

Como ventaja adicional, la empresa podrá tener a su alcance una interesante información sobre los gastos que realiza, en qué proveedores, etc. lo que brinda la posibilidad de abrir negociaciones para obtener descuentos en aquellos en los que más consume (estaciones de servicio de carburante, restaurantes, viajes, parkings, transportes, …).

La experiencia del cliente se perfila como clave en la digitalización documental

PFU (EMEA) Limited ha analizado una serie de factores que tendrán un papel fundamental en la digitalización documental en 2020, según recoge la plataforma tecnológica IT Digital Media Group. De entre las premisas necesarias se encuentra la seguridad dada por el uso de soluciones que se adecuen a las normativas actuales y cuyos procesos sean eficaces. La digitalización documental deberá construir servicios omnicanal, totalmente integrados, que satisfagan las necesidades de los clientes.

A la hora de capturar datos, será primordial atender a la calidad de la imagen de los documentos. De este modo se evitarán errores y la agilidad del proceso de escaneado será superior al volcarse los datos en el sistema de una forma clara y precisa. El estudio incide en cómo este año se mejorará la calidad de las imágenes debido en parte a la Inteligencia Artificial (IA) y al Machine Learning que ayudarán al software de reconocimiento y lectura de los datos de forma automatizada (OCR) a realizar mejor su trabajo.

Mayor atención a la experiencia de usuario

Las empresas, especialmente las del sector servicios, deberán asegurarse de proporcionar la mejor experiencia posible a sus clientes. Por ello la solución debe cuidar el diseño y la ergonomía para ahorrar espacio. Esto permitirá al personal poder permanecer en su puesto para atender bien al cliente. En caso de requerir la alimentación de varios documentos, la tarea de digitalización eliminará cualquier posibilidad de atasco o que el documento original del cliente pueda dañarse. Todo esto combinado será lo que permita crear una experiencia satisfactoria para el usuario.

La integración de estas soluciones deberá hacerse en las empresas con flexibilidad, sin afectar al desarrollo normal de las mismas.El sector de la digitalización documental en 2020 deberá construir servicios omnicanal, totalmente integrados, que puedan alinearse con las necesidades de sus clientes con una mínima interrupción, para los cuales muchos de los principales fabricantes ya están preparados.

En el proceso de digitalizar los datos es importante la seguridad y se deberá garantizar que no se pueda realizar un escaneado no autorizado, y que el proceso esté protegido contra ciberataques. Para asegurar el cumplimiento del RGPD, hay que garantizar que los usuarios que intervienen en el proceso de digitalización, captura de datos y archivo sean los adecuados, tengan los permisos necesarios y que la infraestructura utilizada esté auditada por los sistemas y responsables de la empresa.

FUENTE: IT

Los fabricantes de impresoras se reinventan de cara a un futuro sin papel

La desaparición de las impresoras como dispositivo por defecto producirá muchas ventajas a las compañías que aceleren el paso hacia la oficina sin papeles (en términos de costes, seguridad, trazabilidad y más eficiencia de los empleados, como ya hemos mencionado), pero las consecuencias no serán tan positivas para los fabricantes de estos equipos. Compañías como HP, Kyocera, Ricoh, Epson o Xerox se han hecho de oro no sólo con los precios de las impresoras en sí (cuyo montante se ha democratizado en los últimos años, al mismo tiempo que se proponían modelos de pago por copia y alquileres flexibles) sino más por las tasas de mantenimiento técnico y los extraordinariamente caros recambios de tinta.

Para muestra, un botón: un cartucho de tinta doméstica rara vez baja de los 13 euros (normalmente ronda los 30 euros) con apenas 5 mililitros de contenido. Si hacemos las cuentas, sale a 2.600 euros el litro en el mejor de los escenarios.

Así pues, una encuesta de AIIM, patronal de los principales fabricantes del sector de la impresión, reconoce que el 49% de las empresas está reduciendo la cantidad de documentos impresos que entrega a clientes y hasta un 55% si hablamos de impresos para uso interno.

¿Qué pasará con estos proveedores y sus modelos de negocio de altos márgenes si, como se predice, las empresas acaban desterrando las impresoras y las copias en soporte físico a un papel residual? ¿Qué oportunidades tienen de sobrevivir y seguir siendo rentables en un contexto en que su actual valor corporativo quede olvidado en el pasado?…

¿Es viable la oficina sin papeles?

Es cierto que la premisa de la que partimos, la de una oficina sin papeles, suena demasiado futurista. Agorero incluso, al menos desde la perspectiva de los fabricantes de impresoras tradicionales. Máxime si nos atenemos a datos como los recogidos en un un artículo del Wall Street Journal, según el cual las distintas oficinas de Estados Unidos imprimen alrededor de 1.000 millones de hojas al año. A ello súmenle otro tipo de documentos que también se manejan en soporte físico -como tickets o justificantes de pagos-. No parece que la transición vaya a ser demasiado rápida ni dolorosa.

Pero hay muchas cifras más que ocultan los problemas existentes actualmente en torno a esta dependencia del papel en el entorno empresarial. Tal es la montaña de hojas que manejan las compañías en este soporte que los trabajadores son incapaces de afrontar sus quehaceres sin una pérdida de tiempo nada desdeñable: según un estudio de TBS,los profesionales gastan hasta 600 horas laborales al año buscando los documentos impresos que necesitan para trabajar, el equivalente a más del 35% de su jornada completa.

Tampoco es baladí el daño medioambiental que causamos a un planeta ya herido con un consumo tan alto de hojas impresas. Solo en España, cada ciudadano gasta una cantidad de papel equivalente a cuatro árboles de 12 metros de altura, de acuerdo a Greenpeace. Y eso sin contar con los efectos contaminantes de producir la tinta de los tóner o los cartuchos empleados por las impresoras.

Con todo ello, no es de extrañar que los gobiernos de todo el mundo -especialmente los europeos- estén impulsando la adopción de las comunicaciones electrónicas para evitar este despilfarro generalizado. Sin ir más lejos, la adopción de la factura electrónica en nuestro país ha supuesto un antes y un después en la forma de entender esta clase de procesos, que se ha extendido desde la AAPP hasta la gestión de proveedores y clientes. Una aproximación que todavía está en pañales, pero no tiene pinta de que vaya a frenarse en los próximos cursos.

Pago por uso y alquiler flexible

Ante este contexto cambiante, los fabricantes de impresoras se han puesto las pilas para reinventar sus estrategias y catálogos de productos y soluciones. El primer pilar en ese sentido es el que tiene que ver con la adopción del pago por uso, el alquiler flexible y la financiación de equipos. Todas ellas son medidas dirigidas a mantener la base instalada de clientes, pero atajando dos de los grandes hándicaps existentes: el alto coste de estos dispositivos y su impacto en el CAPEX de la empresa. O dicho de otro modo, convirtiendo una gran inversión que debía ser amortizada en varios ejercicios en un servicio (que se engloba en OPEX, sin impactar en la cuenta de resultados) que puede ser ajustado a medida de las necesidades de cada organización.

Así pues, prácticamente todos los fabricantes incorporan ya opciones de renting flexible, con contratos que suelen durar unos cinco años y que permiten ajustar en mayor o menor medida el número de dispositivos que se requieren en cada momento. Sin embargo, estos modelos siguen sin aportar un cambio significativo a la empresa final -más allá de las prácticas contables- ya que no pueden ser anulados en la mayoría de los casos y tampoco se ajustan al uso real de las impresoras, con lo que las empresas siempre corren el riesgo de sobrevalorar la cantidad de equipos necesarios y, por ende, inflar los costes en que incurren. Máxime cuando hablamos de contratos a tan largo plazo.

Mucho más interesante resulta, sin duda, el modelo de pago por uso o pago por copia. En estos casos, la empresa no paga por el alquiler del dispositivo, ni por su mantenimiento ni por los recambios que utilice. Por el contrario, el sistema se parece mucho más a una suscripción básica sobre la que se cobra una cantidad específica por cada hoja impresa. En ese coste por copia se incluyen todos los conceptos anteriormente mencionados, así como el margen de beneficios para el proveedor de turno y, si existe, el partner del canal de distribución o soporte técnico.

Es obvio que, para compañías que hacen un uso intensivo de sus equipos de impresión, esta alternativa no resulta económicamente interesante, ya que el precio final es mucho más alto que con una aproximación tradicional. Sin embargo, y en esta transición hacia la oficina sin papeles, el modelo de pago por copia resulta extremadamente útil para seguir contando con el respaldo de un documento físico cuando sea necesario, pero sin tener que apalancar costes con un dispositivo que apenas vamos a utilizar.

Prácticamente todos los fabricantes cuentan con esta oferta en su catálogo, que comenzó a popularizarse hace ya un lustro. De hecho, tanto Ricoh como Kyocera, HP Inc. u Oki incluyen estas propuestas entre sus servicios estrella.

Transición hacia el software

En cualquier caso, todo lo anterior no es sino una forma de aplacar o contener los vientos de cambio hacia la oficina sin papeles. Por tanto, si en algún momento llegamos a encontrarnos con empresas que reniegan por completo del papel, ¿de qué van a vivir los fabricantes de impresoras?

Pues bien, la inmensa mayoría de estos proveedores ya ha puesto en marcha ambiciosas iniciativas para reducir su dependencia de las ventas de dispositivos físicos, apostando por una transición hacia el software de gestión documental y otras herramientas digitales asociadas a los procesos de trabajo que antaño se reservaban para el papel. Es el caso, por ejemplo, de Kyocera, que cuenta con dos propuestas de gestión documental distintas (MyDocument y Solpheo Suite). O de Xerox, con su DocuShare.

Esta clase de software, conocido por sus siglas ECM (Enterprise Content Management), permite incorporar automáticamente documentos impresos o digitales a un sistema de almacenamiento (local o en la nube) de modo que sea procesado de acuerdo a unas reglas preestablecidas o, simplemente, estando accesible para que los empleados puedan trabajar con él cuando lo necesiten. Por ejemplo, al añadir una factura, ésta puede ser enviada automáticamente al departamento financiero para su aprobación, sin riesgo a que se pierda el papel por el camino o a que no quede constancia de la misma entre la montaña de facturas que procesan los administrativos cada jornada.

Asociadas a este software de gestión empresarial encontramos otras funcionalidades de software en las que los fabricantes de impresión se están haciendo muy fuertes. Una de ellas es el reconocimiento óptico de caracteres (OCR), imprescindible para poder digitalizar facturas u otra clase de documentos sin que un humano tenga que transcribir toda la información al sistema. Otra es la firma electrónica, en tanto que los documentos serán nativamente digitales, es obligado contar con propuestas de este tipo para poder realizar toda clase de trámites, tanto entre empresas privadas como de cara a la Administración Pública.

FUENTE: Business Insider